Auditoría Forensic. ¿Qué es y en qué puede ayudarte?

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La auditoría forense, más conocida como forensic, es una de las especialidades que más han crecido en los últimos años, por desgracia, debido a los casos de fraude, aunque también por el afán de transparencia de muchas empresas. Veamos qué es y en qué consiste.

¿Qué es una Auditoría Forense o Forensic en la empresa?

La Auditoría Forense, también conocida como Forensic, es un proceso de investigación especializado que se utiliza en el ámbito empresarial para detectar, prevenir y analizar fraudes y otros delitos financieros. Se diferencia de una auditoría tradicional en que no solo revisa la exactitud de los estados financieros, sino que también busca evidencias de actividades ilícitas. Esta herramienta es fundamental en la detección de irregularidades que pueden afectar gravemente a una organización, desde pequeños errores hasta fraudes complejos.

¿Cuándo necesitas una Auditoría Forensic?

Existen múltiples escenarios en los que una empresa puede necesitar una Auditoría Forense. El más común es cuando hay sospechas de fraude o malversación de fondos. Sin embargo, también se puede requerir este tipo de auditoría en situaciones menos obvias, como durante fusiones y adquisiciones, cuando es necesario verificar la veracidad de los datos financieros presentados por la otra parte. Además, en procesos de insolvencia o quiebra, una auditoría forense puede ayudar a identificar las causas reales que llevaron a la situación y determinar si hubo alguna mala praxis.

Un caso que hemos visto en varias ocasiones ilustra perfectamente la necesidad de una Auditoría Forensic. Una empresa que, tras experimentar un repentino descenso en sus ingresos, decide revisar sus operaciones internas. Aunque en un principio se pensó que la caída se debía a la pérdida de un cliente clave, la auditoría forense reveló que un empleado de alto rango estaba desviando fondos a cuentas personales. Este tipo de situaciones, que a menudo comienzan con sospechas o “sensaciones” de que algo no va bien, subrayan la importancia de actuar a tiempo para evitar daños mayores.

Las auditorías forenses también son útiles en conflictos entre socios, donde uno de ellos sospecha que el otro no está actuando de manera ética. En estos casos, la auditoría puede arrojar luz sobre el manejo financiero de la empresa y aclarar las responsabilidades de cada parte. Asimismo, este tipo de auditoría es esencial cuando se requiere presentar pruebas en un juicio, ya que la información obtenida puede ser utilizada como evidencia legal.

¿Qué se analiza en una Auditoría Forense empresarial?

La Auditoría Forense no se limita a revisar los estados financieros, sino que se enfoca en detectar cualquier indicio de irregularidad o fraude. Durante este proceso, se analizan una serie de elementos clave que pueden revelar si existe algún tipo de actividad ilícita o mala gestión.

Primero, se revisan las transacciones financieras de la empresa, desde movimientos bancarios hasta la gestión de cuentas por pagar y por cobrar. El objetivo es identificar patrones inusuales o inconsistencias que puedan sugerir fraude, como pagos a proveedores inexistentes o transferencias a cuentas desconocidas.

Otro aspecto que se analiza es la contabilidad interna y los controles de la empresa. Una auditoría forense examina si los procedimientos internos son lo suficientemente robustos como para prevenir el fraude y si están siendo cumplidos correctamente. En caso contrario, la auditoría no solo detecta las debilidades, sino que también puede ofrecer recomendaciones para fortalecer los controles.

Además, se evalúan las comunicaciones internas y externas, como correos electrónicos y registros de reuniones, en busca de pruebas que puedan apoyar o refutar la existencia de irregularidades. En ocasiones, las pistas más valiosas no están en los números, sino en la correspondencia entre empleados o con terceros.

¿Quién está capacitado para hacer una Auditoría Forensic?

La realización de una Auditoría Forense requiere un conjunto de habilidades especializadas que van más allá de la auditoría financiera tradicional. Los profesionales encargados de llevar a cabo estas auditorías son, por lo general, contadores forenses o auditores con formación específica en la detección de fraudes y delitos financieros.

Estos expertos deben tener un profundo conocimiento de la contabilidad, la normativa legal y los procedimientos de investigación. Además, es crucial que cuenten con experiencia en técnicas de interrogatorio y análisis de datos, ya que muchas veces deben reconstruir la historia financiera de la empresa a partir de fragmentos de información.

¿Cuál es el procedimiento habitual?

El procedimiento de una Auditoría Forense sigue una serie de pasos que permiten asegurar que la investigación sea completa y rigurosa. Aunque cada caso es único y puede requerir ajustes específicos, el proceso general suele incluir las siguientes fases:

  1. Planificación: El primer paso es entender el contexto de la auditoría, definir los objetivos y el alcance de la investigación. Aquí se identifica qué tipo de fraude o irregularidad se sospecha y qué áreas de la empresa se deben revisar.
  2. Recopilación de datos: En esta fase, se reúnen todos los documentos relevantes, como registros contables, extractos bancarios, correos electrónicos, y otros registros internos. Es crucial preservar la integridad de la evidencia para que pueda ser utilizada en procedimientos legales.
  3. Análisis: Los auditores forenses analizan los datos recopilados en busca de patrones o anomalías. Se utilizan herramientas avanzadas de análisis de datos para detectar transacciones sospechosas, inconsistencias contables y otros indicios de fraude.
  4. Entrevistas: Una parte fundamental del proceso son las entrevistas con empleados, directivos y cualquier otra persona que pueda tener información relevante. Estas entrevistas ayudan a corroborar los hallazgos y a obtener una mejor comprensión del entorno y las posibles motivaciones detrás del fraude.
  5. Informe final: Una vez concluida la investigación, se elabora un informe detallado con los hallazgos. Este informe puede incluir recomendaciones para prevenir futuros fraudes y es fundamental que esté redactado de manera clara y precisa, especialmente si va a ser presentado en un juicio.
  6. Seguimiento: Tras la entrega del informe, puede ser necesario implementar las recomendaciones y realizar un seguimiento para asegurar que se han corregido las deficiencias identificadas.

La Auditoría Forense es una herramienta poderosa para cualquier empresa que busque proteger sus activos y su reputación. Actuar a tiempo y con la ayuda de expertos capacitados puede marcar la diferencia entre una crisis controlada y un desastre financiero.

 

¿Puedes estar obligado a someterte a una forensic?

La posibilidad de que una empresa sea obligada a realizar una auditoría forense depende de varias circunstancias legales y contractuales. En principio, las auditorías forenses suelen ser iniciadas de manera voluntaria por las propias empresas cuando existen sospechas de fraude, irregularidades financieras o mala gestión. Sin embargo, hay situaciones en las que una auditoría forense puede ser impuesta por una autoridad externa o por exigencias contractuales.

Casos en los que te pueden obligar a hacer una auditoría forense

  1. Orden Judicial: Uno de los escenarios más comunes en los que una empresa puede ser obligada a realizar una auditoría forense es por orden de un tribunal. Esto suele ocurrir en el contexto de un litigio en el que se sospecha que la empresa ha estado involucrada en actividades fraudulentas o ilícitas. Un juez puede ordenar una auditoría forense para obtener pruebas y esclarecer los hechos antes de emitir un fallo. La negativa a cumplir con dicha orden puede acarrear sanciones legales graves, incluyendo multas, y en casos extremos, el embargo de activos.
  2. Investigaciones Reguladoras: En ciertos sectores, las autoridades reguladoras pueden exigir la realización de una auditoría forense si detectan irregularidades en el cumplimiento normativo. Por ejemplo, organismos como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en España o el Banco de España, pueden requerir una auditoría forense si consideran que una entidad financiera o cotizada ha violado las normativas vigentes. La negativa a cumplir con este requerimiento puede resultar en sanciones administrativas, la suspensión de licencias, o incluso la intervención de la empresa.
  3. Cláusulas Contractuales: En algunos contratos de financiación, como los préstamos bancarios o las inversiones de capital riesgo, pueden existir cláusulas que permitan a los prestamistas o inversores exigir una auditoría forense si detectan señales de que la empresa no está gestionando correctamente sus fondos o está incumpliendo con sus obligaciones contractuales. Esta es una medida protectora que asegura que los recursos aportados se están utilizando de acuerdo con los términos acordados. El incumplimiento de esta obligación contractual puede dar lugar a la aceleración del pago de la deuda, la revocación de la inversión, o a la activación de otras penalidades estipuladas en el contrato.
  4. Reestructuraciones o Quiebras: Durante un proceso de reestructuración financiera o bancarrota, una auditoría forense puede ser impuesta por un administrador concursal o por el tribunal que supervisa el proceso. El objetivo es identificar posibles fraudes o malas prácticas que hayan contribuido a la situación financiera de la empresa. En estos casos, la auditoría forense no solo es obligatoria, sino también crucial para determinar la responsabilidad de los gestores y la posibilidad de recuperar activos para pagar a los acreedores.

¿Qué ocurre si te niegas a realizar una auditoría forense obligatoria?

Negarse a realizar una auditoría forense cuando ha sido ordenada por un tribunal o exigida por una autoridad reguladora puede tener consecuencias graves para la empresa y sus directivos. Estas consecuencias pueden incluir:

  • Sanciones económicas: Las autoridades pueden imponer multas significativas por el incumplimiento de una orden de auditoría forense.
  • Acciones legales: La negativa puede dar lugar a acciones legales adicionales, incluyendo cargos por obstrucción de la justicia o desacato al tribunal.
  • Intervención estatal: En casos extremos, las autoridades pueden intervenir directamente en la gestión de la empresa, lo que podría incluir la designación de un administrador judicial o la toma de control de la entidad.
  • Daño reputacional: Además de las sanciones legales y económicas, la negativa a cooperar puede causar un daño irreparable a la reputación de la empresa, afectando su relación con clientes, proveedores e inversores.

 

Como es mejor prevenir que curar. Te recomendamos pasar por el proceso de forma voluntaria y utilizarlo como medida de transparencia así como de mejora de los procesos inernos de compliance. Somos expertos auditores forenses y llevamos años ayudando a otras empresas a ser más transparentes y éticos.